En un mundo siempre más competitivo, globalizado e individualizado, parece imposible pensar en que puedan existir mecanismos orientados hacia evitar enfrentamientos, generar valor dentro de un enfoque compartido y cuidar las relaciones interpersonales, más allá de nuestros específicos intereses. Es decir, vivimos en un contexto que se caracteriza por dos elementos principales alrededor de los cuales se articulan todas nuestras decisiones y nuestro proceder. Un polo es dado por la tendencia del individuo hacia referenciar todo hacia sí mismo, es decir, existe