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Uno de los desafíos más grandes que tienen las organizaciones de salud es brindar una atención en salud con altos estándares de calidad y centrada en la persona, a fin de lograr que la experiencia del paciente o usuario sea memorable y satisfactoria. Cuando ésto no sucede, la institución se ve afectada por interminables quejas, reclamos, pérdida de credibilidad institucional, insatisfacción del paciente y de los profesionales de la salud; es más, en ocasiones se traduce en pérdidas humanas.

Pare evitar llegar a extremos catastróficos, es prioritario y urgente, que toda entidad destinada a ofrecer servicios de salud tenga mecanismos que permitan evaluar con cierta regularidad la calidad de la atención, sobre la base de atributos fundamentales como: oportunidad de la atención, seguridad del paciente, pertinencia diagnóstica, suficiencia de recursos, humanización de la atención, entre otros.

Es allí, donde la Auditoría de la Calidad de la Atención en Salud desempeña un rol preponderante para las organizaciones de salud y las instituciones financiadoras de servicios de salud (MSP, IESS, ISSFA, ISSPOL, SPATT, empresas de seguros y medicina prepagada). Su implementación busca asegurar el “menor riesgo posible” al paciente, con el mayor beneficio y a un costo razonable, identificando oportunidades para mejorar en todos los ámbitos de la provisión de los servicios.

La auditoría no se enfoca en la búsqueda de culpables, sino que proporciona información que permite la toma de decisiones a los líderes de las organizaciones de salud, y así generar mejoras permanentes.

Una correcta auditoría abarca los siguientes ámbitos:

  • Atención administrativa: solo aquella que está directamente relacionada con la atención del paciente,
  • Atención clínica: corresponde a la prestación de los servicios asistenciales; y,
  • Auditoría del costo: revisa la calidad de la facturación.

Esta última, conforme lo señala el Acuerdo Ministerial 0091-2017, emitido por el MSP, tiene como objeto “habilitar el pago de las prestaciones de salud, a través de la verificación sistemática de la pertinencia administrativa, técnica, médica y de tarifas generadas por los prestadores de los servicios de salud (…)”; razón por la cual, su conocimiento reviste de gran importancia, ya que, a través de su aplicación, los auditores determinan si procede o no el pago del servicio de salud.

Si bien, la Auditoría de la Calidad de la Facturación es probablemente la más difundida en Ecuador, la calidad de la atención en los servicios de salud se refleja en una atención multidisciplinaria basada en un compromiso real con la seguridad del paciente. Por tanto, el auditor tiene un gran desafío: promover la institucionalización de una cultura sanitaria justa y segura en los servicios de salud.

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