Autor: Carlos Calderón

El 56% del planeta está “conectado” en promedio 12:03 horas al día, esto significa que el 42% de todo el tiempo, la humanidad está despierta.

Estudios evidencian un efecto sustitución, es decir, cada vez que nos conectamos, adoptamos formas “digitales” para atender nuestros quehaceres, abandonando las formas analógicas, por ejemplo, las compras en el supermercado o la capacitación de la fuerza de ventas de una empresa.

El efecto neto es que, este 42% representa un gran pedazo de los mercados de consumo establecidos, ahora dominado por nuevas formas de creación de valor, fundamentalmente de origen digital (aunque muchas de ellas se extiendan con expresiones físicas, pero nunca analógicas), canibalizando la economía analógica de la 2da revolución industrial por una impulsada por los Grandes Datos, que no son otra cosa que la huella acumulada que dejamos cada vez que iteramos de esa manera.

Las empresas nativo-digitales, a diferencia de las tradicionales, disfrutan de una economía boyante, lejos de las crisis que anuncian los analistas de mercados analógicos, con volúmenes de inversión históricos (el capital de riesgo esta tocando cifras nunca antes vistas) consumidores “adictos” a los innegables beneficios de productividad y mejores experiencias de usuario, y un diluvio de datos.

Se estima que en el 2025, el efecto neto de sustitución habrá superado el 80%, dejando en el olvido los modelos de negocio analógicos, al menos en las zonas urbanas.

En este contexto, las empresas con modelos de negocio establecidos han empezado a construir nuevas capacidades que les permita adaptarse a esta nueva economía, un proceso complejo que requiere de toda la pericia de sus líderes, que están encontrando en la explotación de los Grandes Datos, una ruta firme y rentable.

Es por ello que, en menos de 10 años, la “Ciencia de Datos” o también conocida como Business Analytics, se ha convertido en la disciplina más demanda en el mundo empresarial, particularmente en mercados desarrollados. Nuestra región no se quedó atrás, en los últimos 3 años hemos visto inaugurar divisiones enteras dedicadas a la construcción de estas capacidades.

Ciertamente aún se trata de una primera infancia en grandes corporaciones pero que crece aceleradamente debido a que esta disciplina se está convirtiendo en una profesión socialmente aceptada, y está dejando detrás el convencionalismo de la década pasada que decía que se trataba de “un estadístico trabajando en San Francisco”.

Los profesionales o especialistas que manejan estos conocimientos, están más integrados al mundo de los negocios, tienen un perfil de generalistas y dominan un campo más amplio de conocimientos que van desde la matemática, estadística y programación informática, hasta la práctica de negocios, sin descuidar los aspectos normativos, regulatorios, la ciber-seguridad y las habilidades blandas.

La clave está en el dominio del método científico aplicado a la resolución de problemas haciendo uso intensivo de los Grandes Datos y el poder computacional al que hoy tenemos acceso.

En el nuevo contexto empresarial, un profesional que no sea capaz de reflejar sus conocimientos y capacidades en la cuenta de resultados a través del uso intensivo de los Grandes Datos, pronto quedará fuera de juego.